sábado, 24 de agosto de 2013
EL ESPÍRITU DE LA LLORONA
EL ESPÍRITU DE LA LLORONA
Varias son las
narraciones fantásticas que sobre el espíritu de la llorona cuentan los
ancianos pobladores de las sabanas araucanas. La Llorona convertida en el
espíritu vagabundo de una mujer que lleva un niño en el cuadril, hace alusión a
su nombre porque vaga llorando por los caminos. Dice la tradición que la
llorona reclama de las personas ayuda para cargar al niño; al recibirlo se libra
del castigo convirtiéndose en la llorona la persona que lo ha recibido. Otras
versiones dicen que es el espíritu de una mujer que supo que su esposo la
engañaba con su propia madre. En venganza, la encerró en la casa y le prendió
fuego, sin darse cuenta de que sus hijos también estaban dentro, recibiendo de
ésta, en el momento de agonizar la maldición que la condenara: "Andarás
sin Dios y sin Santa María, persiguiendo a los hombres por los caminos del
llano". Se dice que nunca se le ve la cara y llora de vergüenza y
arrepentimiento por lo que hizo a su familia. Desde entonces vaga persiguiendo
hombres. Para quien la encuentra, ella se convierte en presagio de un destino
terrible.
El espíritu de La Llorona , transformado en
leyenda, ha acompañado al hombre llanero desde épocas remotas y de su
existencia son testigos muchos viejos "Don Juanes". Otros menos
creyentes consideran que es una creencia contraria a la razón, creada por los
adultos con el objetivo de amedrentar o atemorizar a los vaqueros que cruzaban
caminos en busca de algún romance nocturno por las sabanas. Un pedazo de tabaco
de rollo en el bolsillo evita la aparición de la llorona.
El desgarrador llanto
de esta aparición perturba las sabanas venezolanas. Está condenada a pasar
todas las noches penando por sus hijos, a los que mató por error.
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