que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mató, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido, preguntándole al muchacho, quien confesó la verdad.
sábado, 20 de julio de 2013
LA LEYENDA DE "EL SILBÓN"
El silbón es un espanto horrible, los que
lo han visto y han tenido la fortuna de sobrevivir a tan espantosa y maléfica
aparición, cuentan que es muy alto y “canillúo” y que se desplaza por los
arboles a una velocidad increíble emitiendo un silbido escalofriante que
asemeja a las notas musicales do, re, mi, fa, sol, la, si…
pero
si lo escuchas muy lejos, es porque lo tienes a tus espaldas.
Según la leyenda, el silbón es el ánima en
pena de un hijo que mató a su padre porque sospechó que algo raro estaba
pasando entre él y su mujer. Unos piensan que el padre golpeó a la esposa,
otros sostienen que la violó, también se dice que el papá y su esposa eran
amantes. Por cualquiera de estas razones, sea cual sea, el joven cegado por la
ira, se batió a golpes con su padre en una pelea mortal, donde el padre llevo
la peor parte…. “El joven le asestó un fuerte golpe en la cabeza con un palo,
que lo tumbó en el suelo, donde el hijo se le abalanzó y lo ahorcó.” Su abuelo escuchó la pelea y al llegar al
sitio encontró el cuerpo sin vida de su hijo, y emprendió la búsqueda
desesperada de aquel mal hijo que fue capaz de asesinar a su propio padre,
jurando castigarlo hasta más no poder.
Al encontrarlo, lo amarró y le propinó una
soberana paliza con un látigo (mandador de pescuezo) típico en todos los llanos
Venezolanos. Luego, roció por todas sus heridas ají picante y levantó su voz
diciendo "Eso no se le hace a su padre...Maldito eres, pa´ toa´ la
vida", después le echó al perro de nombre Turéco para que lo persiguiera
hasta el fin de los tiempos. Se dice que Turéco persigue al ánima en pena
mordiéndole los talones, por eso se desplaza por encima de los árboles.... El
recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por este
espíritu errante conocido como el silbón.
El Silbón se presenta a los borrachos en
forma sombrío. Otros llaneros le dan forma de hombre alto y flaco. Usa sombrero
y ataca a los hombres parranderos y borrachos, a los cuales chupa el ombligo
para tomarles el aguardiente.
La tradición también explica que al llegar
el silbón a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta uno a
uno los huesos; si no hay quien pueda escucharlo, un miembro de la familia
muere al amanecer. En los llanos Venezolanos abundan muchas leyendas de
espantos y apariciones, incluso hasta de seres extraterrestres que llegan a la
tierra con la única finalidad de raptar a sus víctimas. Pero sin duda, la
leyenda de la que más se habla es la del silbón…
Otra versión dice
que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mató, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido, preguntándole al muchacho, quien confesó la verdad.
que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mató, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido, preguntándole al muchacho, quien confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo para toda la vida.
Su hermano Juan lo persiguió con un "mandador", le sonó una tapara de
ají y le azuzó el perro "turéco" que hasta el fin del mundo lo
persigue y le muerde los talones.
En las tierras de Guanarito se oyen los aterradores silbidos que
espantan hasta al más recio. Cuando se escucha cerca, está lejos, y viceversa.
El silbón es la aparición más temida del llano venezolano, un hombre alto y
flaco de unos seis metros. Recuerda que si vas a dar un paseíto por las
llanuras venezolanas, tienes que estar muy atento a cualquier silbido y estar
preparado para enfrentar al Silbón…no olvides llevar contigo un mandador de
pescuezo y a un perro, ya que según la leyenda esta ánima le huye a los perros…
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