Otros expertos, críticos y aficionados prefieren los términos "armonía" o "acorde". Los vinos suelen ser el complemento perfecto de la comida; y cada plato debe ir acompañado por una clase de vino en particular. Las reglas generales de combinación son las siguientes:
domingo, 24 de febrero de 2013
EL MARIDAJE
El maridaje entre el
vino y la comida es el proceso de casar metafóricamente a un alimento con un
vino con la intención de realzar el placer de comerlos. En muchas culturas el
vino ha sido considerado un alimento básico en la mesa, y de alguna manera
tanto la producción como las tradiciones culinarias de una región han
evolucionado conjuntamente a lo largo de los años. Más que seguir una serie de
normas, las tradiciones culinarias lugareñas simplemente se combinaban con los
vinos de la zona. Así, el arte de combinar los alimentos es un fenómeno
relativamente nuevo y moderno que mueve a la industria editorial y a los medios
de comunicación mediante publicaciones sobre el maridaje del vino y la comida.
El
maridaje, precisamente, se puede llamar como el arte de combinar en perfecto
equilibrio los alimentos con los vinos. Es decir, saber qué vino tomar para
potenciar los ingredientes de nuestros platillos.
En el ámbito de la
restauración, el sumiller normalmente es el encargado de recomendar las
combinaciones de comida y vino a los comensales. El concepto principal tras el
maridaje reside en que ciertos elementos que se encuentran en los alimentos y
en el vino, como la textura y el sabor, reaccionan de manera diferente al
mezclarse; y encontrar la combinación adecuada de éstos hará del comer una
experiencia más placentera para el paladar. La máxima del maridaje es crear
sensaciones nuevas, tanto en la degustación del vino como de la comida con la
que lo acompañamos.
La palabra maridaje es
polémica en sí, ya que muchos ven con cierto recelo, la similitud entre el
matrimonio y esta palabra.
Otros expertos, críticos y aficionados prefieren los términos "armonía" o "acorde". Los vinos suelen ser el complemento perfecto de la comida; y cada plato debe ir acompañado por una clase de vino en particular. Las reglas generales de combinación son las siguientes:
Otros expertos, críticos y aficionados prefieren los términos "armonía" o "acorde". Los vinos suelen ser el complemento perfecto de la comida; y cada plato debe ir acompañado por una clase de vino en particular. Las reglas generales de combinación son las siguientes:
Ø Los
vinos generosos acompañan bien un aperitivo.
Ø Los
vinos tintos ligeros (jóvenes) acompañan muy bien al cordero asado, a la carne
de ternera, a la de ave, las pastas, las verduras, la paella, los embutidos,
los huevos fritos, el jamón y las sopas con base de carne.
Ø Los
vinos tintos de cuerpo (crianza, reserva, gran reserva) van muy bien con los
guisos y los estofados, el buey, los platos a base de caza, las legumbres, y
los quesos fuertes y fermentados.
Ø Los
vinos blancos secos ligeros son complemento perfecto de las ostras, la langosta
a la plancha, los langostinos, las gambas, los cangrejos de río y los mariscos
en general.
Ø Los
vinos blancos secos son los acompañantes ideales de los calamares, los pescados
cocidos en general, los fritos o asados, el centollo, la langosta cocida con
mayonesa, el jamón, las chuletas de cordero, los caracoles, las sopas con base
de pescado y los huevos.
Ø Los
vinos dulces son excelentes para acompañar los postres con chocolate, los
hojaldres y los bizcochos (el foie-gras puede acompañarse por un vino blanco
dulce tipo "sauternes").
Ø Los
cavas pueden utilizarse a lo largo de toda la comida con independencia del
plato, debiendo ser preferentemente muy seco (tipo "brut").
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